El "sí" dramático y claro en el referéndum es un terremoto político y un punto de inflexión para Irlanda. Es una gran victoria, especialmente para las mujeres en Irlanda, que han abandonado la opresión de la 8ª Enmienda después de 35 años. Ahora no se puede justificar ninguna demora. No hay nada que impida que el Dail [Parlamento irlandés] avance rápidamente para promulgar una legislación que dé vigencia a las propuestas del Comité Oireachtas. No más personas deberán sufrir.
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